Querida Leire:
Me dispongo a contestar a tu
email, tarde, pero bueno, más vale tarde que nunca.
Responder a un simple “¿Qué tal
estás?” a veces puede resultar complicado, más si tengo que ofrecerte una
respuesta que te pueda dar una idea de cómo me encuentro en este momento.
Pues bien, desde que te marchaste
a Lisboa estoy un poco más ausente, ya sabes que yo siempre me estoy yendo,
pero ahora un poco más. Hace mucho que este dejó de ser mi sitio. Por ahora
ando buscando un nuevo lugar en el que poder crecer, de momento me he ido a
vivir a Granada por una temporada, quizás su sol de invierno me haga aclararme
un poco.
Ahora que está a punto de
finalizar el año puedo decirte que mis emociones parecen que han ido subidas en
una montaña rusa. Puede que por pretendientes que nunca pretenden, amantes que
no aman, amigos que se marchan, soledad que no acompaña... Aun así no puedo decir
que haya sido un mal año: viví, sufrí y amé.
Haciendo mención a esa frase que
sabes que me gusta recordar tanto por estas fechas, esa que dice “Si cuando haces recuento de un año no te
hace llorar de tristeza o alegría, considéralo un año perdido” te puedo
asegurar que no he perdido mi tiempo, me lo he gastado en salir, beber, el
rollo de siempre.
No quisiera finalizar sin decirte
que te he echado muchísimo de menos, probablemente eso haya sido una de las
cosas que más me ha dolido este año. Por favor no te vuelvas a ir, al menos si
lo haces inventa una despedida, finjamos
que la tuvimos.
Te quiero Gitana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario